En el espectro de los trastornos del sueño, existe una gran gama de perturbaciones. Hay quienes tienen dificultad para iniciar el sueño, duermen y no descansan o que presentan un sueño fragmentado, es decir, se despiertan en repetidas ocasiones durante la noche.
Hay pacientes que se quedan dormidos en todas partes o en lugares inconvenientes, sin imaginarse que podrían sufrir de narcolepsia, un trastorno que afecta estructuras que permiten mantenernos despiertos y en consecuencia, la persona tiene una somnolencia excesiva que se asocia a la disminución en la actividad laboral, en el rendimiento académico y en casos extremos, en el aumento de accidentes laborales o vehiculares al quedarse dormidos mientras conducen.
Cuando este trastorno del sueño es atribuible a un problema en una zona específica del cerebro como es el hipotálamo posterior, se conoce como hipersomnia de origen central, que es donde se ubica específicamente la narcolepsia.
En entrevista con Ciencia UNAM, Rafael Santana Miranda, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que si una persona padece narcolepsia, a pesar de tener buenos hábitos para dormir y establezca horarios para descansar, el sueño lo invadirá durante el día; requerirá de grandes estímulos para mantenerse despierto, ya que las neuronas orexinérgicas se encuentran disminuidas o ausentes.
Destacó que entre el 0.01% y el 0.06% del total de la población padece narcolepsia; es más común en los adultos jóvenes, de entre la tercera y la cuarta década de la vida.
Cabe señalar que este padecimiento puede venir acompañado de cataplexia, la cual consiste en episodios súbitos y generalmente breves de pérdida bilateral del tono muscular durante la vigilia. Durante estos episodios el paciente cae al suelo sin perder la conciencia.
Para saber si una persona padece narcolepsia, se realiza el test de latencias múltiples, que es la principal prueba que suele utilizarse para el estudio de la somnolencia excesiva diurna que consiste en el registro de cinco periodos de 20 minutos en los que se le da la oportunidad de dormir.
La finalidad del estudio es valorar la tendencia al sueño en situaciones que lo favorezcan, pero en las que no debería sentir excesiva somnolencia.