Zoraya ter Beek, una joven de 28 años, residente de un tranquilo pueblo en Holanda, ha tomado la difícil decisión de poner fin legalmente a su vida debido a su lucha constante contra la depresión paralizante, el autismo y el trastorno límite de la personalidad.
A pesar de estar enamorada de su novio de 40 años y compartir su hogar con dos gatos, Beek ha enfrentado desafíos inmensos relacionados con su salud mental a lo largo de su vida.
Después de que sus médicos le informaron que ya no había esperanza de mejoría, Ter Beek decidió someterse a la eutanasia.
Su caso no es único, ya que cada vez más personas, están optando por esta opción frente a padecimientos mentales que podrían tratarse pero que les resultan insoportables.
Así pues, su proceso está programado para llevarse a cabo en su propio hogar, en su sofá de la sala de estar, con la presencia de su novio.
Después de recibir sedantes para calmar sus nervios, un médico le administrará un medicamento para detener su corazón.
Ter Beek ha expresado su deseo de que no haya música durante el procedimiento y que tampoco haya un funeral tradicional; en su lugar, su novio esparcirá sus cenizas en un lugar especial en el bosque.
De acuerdo a datos duros, en el 2022, se registraron 8mil 720 muertes por eutanasia en el país, lo que representa aproximadamente el 5% de todas las muertes, un aumento del 4% con respecto al año anterior.