Tras los sismos que han dejado gravemente afectados a Turquía y el norte de Siria ocasionando la muerte de más de 3 mil 400 personas, las autoridades temen que la cifra de víctimas mortales aumente, esto además de que la UNICEF ha alertado que tras los devastadores hechos miles de niños, niñas y familias se encuentran en situación de riesgo.
La UNICEF informó que se “trabaja en coordinación con el Gobierno turco y la Presidencia de gestión de desastres y emergencias para cubrir las necesidades que van surgiendo y que están relacionadas con una respuesta humanitaria general”, mientras que en Siria se “evalúa los efectos de los terremotos y se prepara para respaldar la respuesta humanitaria en coordinación con sus aliados”.
El panorama es desolador, ya que se prevé que ante los daños ocasionados en viviendas las familias desplazadas, quedarán expuestas a la intemperie en una de las épocas más frías del año, cuando las temperaturas llegan a estar debajo de cero grados, esto aunado a que la nieve y las lluvias gélidas son habituales.
“El hecho de que el primer terremoto se haya producido de madrugada, mientras muchos niños y niñas dormían profundamente, ha hecho que la situación fuese aún más peligrosa, y a esto se añaden los riesgos continuos debido a las réplicas. Nuestro corazón y nuestros pensamientos están con los niños y niñas afectados y sus familias, especialmente aquellos que han perdido a sus seres queridos o que han resultado heridos. Nuestra prioridad inmediata es garantizar que la infancia y las familias afectadas reciban la asistencia que tan desesperadamente necesitan”, comentó la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
La UNICEF pide no ignorar que “los niños y niñas de Siria siguen enfrentándose a una de las situaciones humanitarias más complicadas del mundo. El empeoramiento de la crisis económica, las hostilidades continuas y localizadas tras más de una década de un conflicto letal, los desplazamientos masivos de población y la devastación de las infraestructuras públicas hacen que dos terceras partes de la población siria requieran asistencia. Asimismo, la inseguridad alimentaria, la dependencia de fuentes de agua alternativas y poco fiables, los problemas en materia de protección y los altos niveles de abandono escolar son cuestiones acuciantes”.
Lo anterior se suma a las enfermedades que se pueden encontrar por medio del agua, ya que al menos en Siria se tenía identificado un brote de cólera declarado el 10 de septiembre de 2022, mismo que se ha extendido rápidamente por todo el país, poniendo a la población infantil en una situación aún más delicada.