Este jueves la Asamblea General de las Naciones Unidas reiteró por trigésima vez de forma inequívoca su posición contra el embargo económico de Estados Unidos a Cuba y pidió que se ponga fin a ese castigo unilateral.
La resolución de rechazo obtuvo este año 185 votos a favor, 2 en contra por parte de Estados Unidos e Israel y 2 abstenciones de Ucrania y Brasil.
De acuerdo a un comunicad, con su voto de hoy, Brasil fracturó por tercera vez la posición unánime de apoyo a Cuba de los países de América Latina y el Caribe. La primera fue cuando votó en contra durante la sesión de noviembre de 2019 y luego se abstuvo el año pasado junto con Colombia.
El texto adoptado reafirma, entre otros principios, “la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales”, exhorta a todos los Estados a abstenerse de promulgar y aplicar leyes y medidas que los contravengan, e insta a la derogación de ese tipo de medidas a quienes aún las impongan.
Asimismo, expresa preocupación por disposiciones reglamentarias, como la promulgada por Estados Unidos el 12 de marzo de 1996, conocida como “Ley Helms-Burton”, “cuyos efectos extraterritoriales afectan a la soberanía de otros Estados, a los intereses legítimos de entidades o personas bajo su jurisdicción y a la libertad de comercio y navegación”.
Al explicar su voto, uno tras otro, los múltiples oradores de la sesión insistieron, a título nacional y como representantes de bloques de países, en el carácter ilegal del embargo, afirmando que constituye una violación flagrante y sistemática de la Carta de las Naciones Unidas, y exigiendo su levantamiento.
Los delegados destacaron el daño injustificado que el bloqueo inflige al pueblo cubano al privarlo de ingresos indispensables e insumos tan esenciales como los medicamentos.
De igual manera encomiaron al unísono la respuesta de Cuba al COVID-19 -que incluyó el desarrollo de vacunas contra el coronavirus-, y su solidaridad con otros países durante la emergencia sanitaria pese a sus limitados recursos.
En su alocución previa a la votación, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó que el embargo es “un acto deliberado de guerra económica con el propósito de impedir los ingresos financieros al país, destruir la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población, hacer colapsar la economía y crear una situación de ingobernabilidad”.