El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “de espionaje” y “conspiración” a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) que operó en el país hasta la semana pasada, cuando el gobierno suspendió sus actividades y expulsó al personal.
Venezuela suspendió las actividades de la oficina del Alto Comisionado de la ONU, instalada en 2019, en una medida que siguió a declaraciones del organismo sobre el arresto de la activista Rocío San Miguel acusada de “terrorismo”.
La medida incluyó la expulsión del personal que, según Maduro, abandonó el país.
Maduro reiteró que Venezuela mantiene sus compromisos con la oficina en Ginebra, pero que hasta tanto “no rectifiquen” y “pidan disculpas” la suspensión se mantendrá.