Históricamente y casi de manera tradicional, las fincas cafetaleras y algunos productores particulares de Chiapas dependen de la mano de obra de Guatemala para el corte del aromático grano
Sin embargo, en cada ciclo productivo es más complicado que los productores de café de Chiapas, tengan acceso a mano de obra, debido a que el Instituto Nacional de Migración pone muchas trabas en los permisos de trabajo para los guatemaltecos; además que el sistema migratorio está rebasado por la gran cantidad de personas migrantes que cruzan hacia México.
“El sistema migratorio está totalmente rebasado, son una serie de problemas para poder ingresar al país a los guatemaltecos de la forma legal. Entonces nosotros tenemos la obligación primero que nada de registrar a la finca ante el Instituto de migración, luego informar más o menos cuántas personas se contratan cada año y eso se tiene que renovar el registro en cada ciclo”.
Thomas Edelman Blass / Productor de café en la zona alta de Tapachula.
Este año, la complicación llegó al extremo por la burocracia del personal del Instituto Nacional de Migración que atiende el ingreso de los guatemaltecos deseosos de ser contratados para la cosecha del café, cuyos trámites aniquilan el deseo de los finqueros.
Para poder ingresar legalmente a México a los pizcadores de Guatemala, el INM les pone una serie de trabas, una tramitología desesperante y tardada.
“Si tú quieres traer por decir un número 20 gentes que te van a ayudar en la cosecha, tienes que pedir una cita en línea para que te puedan atender. Entonces con suerte te la dan para dos semanas, pero el café no espera para madurar, el Café madura y yo no le puedo decir, espérame hasta que tenga la gente para que te vengan a cortar”.
Asimismo, comentó que una vez contratados los jornaleros y luego de unos dos a tres días de labores, de pronto los jornaleros deciden ir con otro productor, que tal vez les puede pagar más, porque no hacen gastos en la tramitología y dejan plantados a los finqueros.
La cosecha de café disminuyó exponencialmente, al grado que muchas fincas están abandonadas.
“Hace muchos años, en Chiapas el número de producción era de 3 millones de quintales al año, México producía seis, y Chiapas ponía la mitad, de los cuales uno y medio salía de la zona del Soconusco. Me atrevo a especular que del Soconusco este año salieron medio millón de quintales, disminuyó por montones porque no hay mano de obra en todo el estado”.
En cuanto a los migrantes que van con destino a los Estados Unidos, comentó que no se les puede contratar temporalmente, ya que éstos proceden de ciudades y no del campo y por lo tanto, no están acostumbrados ni interesados en el trabajo.