Muchas personas le tienen miedo a la muerte, por distintas razones: algunas, por el dolor propio o el que le causaría a sus seres queridos, y otras porque no conocerán el futuro del mundo y se perderán una infinidad de cosas. Algunos creen que la solución podría estar en la criogenia.
Desde fines del siglo XX, creció en el imaginario popular la idea de usar la criogenia para “viajar” al futuro o vencer a la muerte. Se trata de una técnica en la cual se congela el cuerpo de alguien para ser despertado cuando los avances médicos sean lo suficientemente avanzados como para que puedan continuar viviendo luego de ser descongelados.
Una familia estadounidense busca ser parte de esos pioneros. Dennis Kowalski, de 54 años, su esposa y sus tres hijos quieren ser preservados en tanques de nitrógeno líquido, con la esperanza de despertar en el futuro. Sería muy similar a lo que le sucede a Fry, el protagonista de Futurama: un joven que es congelado por accidente en 1999 y se despierta en el año 3000.
La criónica “es la práctica de preservar a seres humanos y animales a temperaturas criogénicas con la esperanza de que la ciencia futura pueda devolverles un estado de vida saludable, así como rejuvenecerlos”, según la Biblioteca Nacional de Medicina.
El proceso de conservación consiste en enfriar el cuerpo a una temperatura muy baja, normalmente por debajo de los -195 grados Celsius. De este modo, se detiene toda actividad biológica y se evita cualquier daño a las células.
Mientras que el director del Cryonics Institute cree que dentro de 100 años existirá la tecnología para revivir a alguien de entre los muertos y afirmó que “nadie conoce el futuro, y es imposible saberlo con seguridad
Kowalski reveló que él, su mujer y sus tres hijos ya firmaron para que sus cuerpos sean preservados
Kowalski explicó que su decisión de pagar 28 mil dólares por persona “no está profundamente arraigada en el miedo a la muerte”. En cambio, le fascina la idea de despertarse en el futuro. Además, él cree que “la ciencia real es aún más mágica si le das una oportunidad. Soy un soñador, pero también un realista. Entiendo que quizá no funcione, pero merece la pena intentarlo”.