El aumento del deshielo en el Ártico equivale a una transferencia de masa al ecuador, lo que ralentiza la velocidad de rotación de la Tierra.
El aumento del deshielo polar por el cambio climático está haciendo que la Tierra gire más lentamente, lo que puede afectar a la coordinación de la hora mundial y agrega un elemento a la discusión sobre cómo sincronizar los relojes atómicos con la rotación del planeta.
El estudio indica que el deshielo en Groenlandia y la Antártida puede haber reducido, más rápidamente que antes, la velocidad angular de la Tierra.
Muchas actividades en el mundo desde internet, los móviles o los mercados financieros necesitan una escala de tiempo coherente, normalizada y precisa, la que proporciona el Tiempo Universal Coordinado, respecto a la que se calculan todas las otras zonas del mundo.
La UTC viene fijada por los relojes atómicos, pero teniendo en cuenta el ritmo del ángulo de rotación de la Tierra, el cual varía. Para ajustar ambos relojes ha sido necesario, en varias ocasiones desde 1972, añadir un segundo intercalar, es decir hacer que un minuto en concreto dure 61 segundos.
Aunque un segundo pueda parecer poca cosa, en la actualidad son muchas las actividades en la red que dependen de servidores con tiempos muy exactos. Por eso, el código que lleva la cuenta del tiempo en cada ordenador suele estar diseñado para manejar ese segundo extra ocasional.
Hasta ahora, la rotación de la Tierra se había ido haciendo gradualmente más rápida, de forma que el tiempo corría más rápido que el de los relojes atómicos.
Esto implica que con los años la hora tendría que perder un segundo para mantener la sincronía, es decir, el último minuto de un año determinado tendría 59 segundos.
El calentamiento global ha provocado un aumento del deshielo en el Ártico, un agua que al derretirse va al océano y eleva el nivel del mar, lo que equivale a una transferencia de masa desde los polos al ecuador. Esto ralentiza la velocidad de rotación de la Tierra, explica el autor en un comunicado.
La ralentización de la rotación de la Tierra causada por el deshielo y por cambios en el movimiento de su núcleo, ha retrasado el momento de tomar la decisión de si es necesario o no incluir un segundo intercalar negativo y da más tiempo para prepararse.