A pesar de las complicaciones en la economía generadas por la pandemia durante dos años, Guadalupe Ramos sostuvo con determinación el proyecto de su vida y ha ido superando sus metas para que su restaurante “Arrebol” continúe en el gusto de los comensales y gane aún más adeptos.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, se tiene la intención de no sólo ver a la mujer como víctimas de una violencia, sino también reconocer a aquellas que, con esfuerzo, valentía y confianza en sí mismas, pueden realizar sus sueños, como es el caso de María Guadalupe Ramos Hernández.
Hace poco más de dos años, en que la pandemia del Covid-19, obstaculizó muchos esfuerzos de empresarios, Lupita Ramos ha podido salir a flote, pues comenzó un nuevo reto en su vida e iniciar su ciclo como empresaria, donde asegura que el negocio ha ido creciendo a pesar de los altibajos.
Abogada de profesión, durante más de 10 años trabajó en la función pública en el CENTRA Tapachula, sin embargo, decidió cerrar ese ciclo en el mejor momento de su vida, para encaminar uno nuevo, que combinara su amor por la cocina y una tradición de la familia, pues su mamá se dedicó un tiempo en esa actividad.
Lupita Ramos todavía no termina de cumplir su sueño con la instalación de su restaurante, sino que su deseo continúa y la motiva a ser mejor cada día, tener más comensales, más amigos, mantener unida a la familia, para seguir cosechando éxitos.
Ella está convencida que las mujeres pueden alcanzar lo que se propongan si es que se enfocan en ese objetivo, por lo que las invita a que tengan confianza en ellas mismas, que trabajen sus puntos espirituales y exploten sus habilidades para lograrlo.