Aunque la OMS declare o no la pandemia como acabada, algo que no sé cuándo sucederá, la mayoría de países ya tratan la enfermedad como endémica.
Los países suelen determinar su estrategia de control (es decir, si tratarla como endémica o todavía pandémica) en parte según el nivel de mortalidad y de covid prolongado que están dispuestos a aceptar a medida que se vuelve endémica.
Vigilan bien, detectan nuevas variantes, vacunan a su población. Se han diseñado programas de control y de pruebas diagnósticas caseras.
Los países experimentarán posiblemente lo que pasa con la gripe, brotes temporales, y es por eso que es tan importante la vacunación.
No existe magia para declarar el fin de la pandemia. Es ahora una enfermedad endémica y así la tratan muchos países.
Con la llegada frecuente de nuevas variantes, algunos científicos afirman que estamos bajando la guardia.
No creo que hayamos bajado la guardia. Tenemos vacunas que funcionan y que pueden adaptarse rápido a nuevas variantes.
Muchos países también están vacunando contra la influenza y otros virus respiratorios.
Si los países no consiguen que su población acepte todas estas campañas de inoculación, colectivos como los ancianos sí estarán ante un gran riesgo si no se vacunan.
Pero en general hemos visto programas excelentes de vacunación y vigilancia de variantes.
Mucha gente se confunde cuando escucha sobre nuevas variantes con más capacidad de infección. Las vacunas nunca han protegido por completo contra la infección, sino que previenen contra enfermedades graves y muertes.
Hasta el momento, todas las vacunas han sido capaces de lidiar con las variantes.
Los programas de control deben ser robustos, como lo son en muchos países europeos.
Hay que mantener la vigilancia, seguir vacunando, analizar qué sucede en la población, si aumentan las muertes o ingresos hospitalarios y prevenir transmisiones en hospitales y lugares de reunión.
¿Qué tan grande es el reto de nuevas variantes como XBB1.5 para la población más vulnerable?
Si no están vacunados, cualquier variante preocupa. Ese es el problema.
Los ancianos y aquellos con comorbilidades, si no están vacunados, están ante un gran riesgo.
¿Estamos preparados para reaccionar rápido si llegan variantes que consiguen evadir la inmunidad de las vacunas?
Los fabricantes de vacunas de tecnología ARNm (como las de Pfizer o Moderna) dicen que pueden modificar sus compuestos y probarlos en un corto periodo de tiempo.
Ahora mismo seguimos teniendo inmunidad ante nuevas variantes y, si llega el escenario en que no estamos tan protegidos y aumentan muertes e ingresos hospitalarios, tendremos que modificar las vacunas.
En el presente, los datos muestran que las muertes no incrementan en poblaciones con altas tasas de vacunación.
¿Existe algún riesgo de volver a la época de restricciones y confinamientos?
No creo que la gente regrese a los confinamientos otra vez.
Se mantendrá la vigilancia y, si existe alguna duda o preocupación, se actualizarán las vacunas lo más pronto posible.
Los confinamientos se impusieron cuando no había vacunas disponibles. Ahora las tenemos y podemos modificarlas rápido.
Ni yo ni nadie podemos predecir lo que va a pasar, pero no creo que la mayoría esté pensando en volver a las grandes cuarentenas.
¿Qué desafíos sigue suponiendo la covid-19?
La covid de larga duración es un desafío primordial porque no la entendemos lo suficiente.
También la coincidencia de múltiples enfermedades respiratorias que causan brotes.
En muchos países la temporada de influenza ya ha tocado máximos y se encuentra disminuyendo, así cómo sucedió con el coronavirus en otros países en diciembre.
Es difícil predecir y, los que predicen, se adelantan a lo que yo considero como evidencia.
Y la evidencia en el presente es que podemos convivir fácilmente con este virus si usamos las vacunas de forma correcta.
Lo que necesitamos entender ahora es cómo lidiar con la covid de larga duración.