Las peleas entre conductores se han vuelto recurrentes en Oaxaca, en donde habitualmente los choferes del transporte público recurren a los golpes para resolver sus diferencias.
Sin embargo, la tarde del jueves fue captada una pelea entre conductores, pero ahora de particulares que intentaban solucionar un hecho de tránsito.
Está situación se registró en la carretera del cerro del Fortín, metros antes de llegar al auditorio Guelaguetza en los carriles que conducen el centro de la capital oaxaqueña, lo que provocó severos problemas viales.
En las breves imágenes captadas por usuarios de un vehículo que pasaba por el lugar, se puede observar que los protagonistas son dos sujetos, uno conduce una unidad de motor roja y otro una blanca, cuyos autos están parados en esta vía.
A un costado, los choferes se lanzan golpes y se tratan de hacerse daño, sin importarles los problemas viales que ocasionan, y que también están expandiendo su vida al haber descendido a la cinta asfáltica en esta importante vía de comunicación.
En un momento, el chofer del vehículo rojo que quedó detrás del blanco se lanza hacia su contrincante, quien lo recibe con un certero golpe que lo lanza al suelo, y todavía no se acomoda cuando ya le lanza una patada.
Envalentonado se levanta rápidamente y lanza un tremendo zurdazo que no hace blanco, pero si recibe un golpe en el pecho que lo cimbra y lo hace retroceder.
El conductor del vehículo blanco se lanza hacia su oponente, pero la imagen se detiene, ya que quien va grabando corta este proceso pues pasa rápidamente a un costado, sin que se sepa cuál fue el desenlace de esta pelea.
En los pocos segundos que dura la grabación se escucha como los demás automovilistas hacen sonar sus bocinas para conminarlos a retirarse, para que liberen la circulación y se pueda retomar el paso con rapidez.
En redes sociales hubo comentarios de todo tipo, muchos lamentando que cada vez sean más las peleas de este tipo que se registran ante cualquier incidente, pues consideran que las personas ya son intolerantes.
Otros más aprovecharon para bromear sobre la situación, señalando que las calles de la ciudad ya son un enorme cuadrilátero en donde cualquiera se agarra a golpes con otro sin que ninguna autoridad intervenga.