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En un parque acuático un niño posa para la cámara mientras le toman una foto con una morsa, lo que no esperaban sería que la morsa imitaría todos los movimientos de su entrenadora.
Cuando el pequeño está agachado delante del estanque, la entrenadora hace la señal de aplauso y como toda una morsa obediente, se inclina y comienza a aplaudir, pero sus aletas tomaron gran cantidad de agua por lo que al asomarlas a la superficie le suelta todo un chapuzón al menor, posiblemente pensó que necesitaba un buen baño, pues no solo lo hizo una vez, sino dos veces.
La entrenadora se acerca rápidamente al animal para que deje de aplaudir, y en segundos la morsa capta lo que acaba de hacer, por lo que se apena y cubre su cara con sus aletas.
El niño decide darle una segunda oportunidad y se vuelve a acercar al cristal para que nuevamente le tomen la foto.