Hace unos días las autoridades locales adelantaron que los municipios de Unión Juárez, Copainalá y Ocozocoautla presentaron documentación para que se sometan a una evaluación y saber si cumplen con los requerimientos que los pueda catalogar como Pueblos Mágicos; sin embargo, eso no se traduce de forma directa en más afluencia, consideró Sismondi Esparza Flores, presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo de Reuniones.
Lo que podría ocurrir, en caso de que se confirmara la noticia, dijo, es que esas zonas recibirían mayor atención de las autoridades pero, basado en su experiencia, la población en México no busca los sitios solo por tener esas denominaciones.
Al citar un ejemplo, refirió, las personas visitan Chiapa de Corzo por la fuente, los parachicos o el exconvento y así podría ocurrir con otros pueblos mágicos que se ubican en Chiapas, como el caso de Comitán.
Los turistas llegan a un espacio, consideró, por el “conjunto de atributos de patrimonio cultural, arquitectónico”; en el mundo del turismo, explicó, hay un catálogo de pueblos mágicos que están en todo el país, no obstante, la pura denominación no hace que lleguen cientos de visitantes.
Esparza Flores enfatizó que lo realmente interesante para las personas es que dichos pueblos ofrezcan las condiciones y haya información de qué hacer en esa zona. Las empresas del sector, añadió, deben trabajar en forma conjunta para atraer a más población tomando en cuenta el conjunto de actividades turísticas.
Posicionar a un lugar como destino, explicó, es un trabajo de muchos años y a partir de ahí es posible que la gente pueda ubicar un lugar. Tener la denominación de Pueblo Mágico, añadió, implica que autoridades federales y locales, además de las comunidades receptoras, deben trabajar de manera coordinada si es que se aspira a conseguir mejores resultados.