Esto se explica porque el país “tiene una baja tasa de natalidad, entonces hay menos personas en las etapas iniciales de la vida, a la vez que tiene una mortalidad que sucede tardía gracias a su alto nivel de calidad de vida y al acceso a salud universal de su población. La combinación de estos dos factores hace que sea un país con una población muy envejecida”, agregó.
Es decir, que en Canadá sí hay gente de todas las edades, pero hay más personas mayores de 65 años que niños creciendo.
“La tasa de reemplazo global es de 2,1 hijos por mujer, que es el número que se estima necesario para garantizar la sostenibilidad poblacional. En Canadá el número de hijos por mujer está por debajo de 2,1 desde hace por lo menos 20 años”, argumenta García.
Según datos de Naciones Unidas, actualmente esa cifra es de 1,47 en Canadá. De ahí que la estrategia del país sea la de atraer migrantes en edades laborales y reproductivas que contribuyan al crecimiento de la población jóven en el mediano y largo plazo, al tiempo que aportan al sistema productivo y pensional.
Lo primero que hay que aclarar es que el concepto de “regalo” es problemático y poco preciso.
A lo que se refieren usualmente las personas es a subsidios a los que pueden tener acceso quienes migran, pero que no necesariamente son dinero y están sujetos a diferentes factores.
Canadá está dividido en provincias y cada una cuenta con un gobierno local (provincial) que es autónomo, así que maneja un presupuesto propio.
De esa forma, dependiendo del lugar en el que viva la persona migrante, tendrá acceso a las ayudas que allí se ofrezcan, en caso de que las haya y que su perfil clasifique para recibirlas.
“En general no es que haya subsidios económicos directos para los migrantes en Canadá”, afirma Alejandro Hernández, doctor en Sociología por la Carleton University.
“Más bien Canadá, desde los años 90, apoya la integración a través de terceros. Selecciona agencias que promueven servicios de integración y asentamiento en provincias y comunidades. El presupuesto tiene que solicitarse y renovarse contínuamente por parte de estas agencias”.
Los servicios más comunes suelen ser apoyos y asesorías para entrar en el mundo laboral.
Quienes migran reciben, por ejemplo, ayuda organizando sus documentos como hoja de vida y carta de intención, así como entrenamientos para enfocar su perfil y para prepararse para los procesos de selección. En ese caso las personas beneficiadas no reciben dinero.
El caso de Quebec, una provincia francófona que es además la única que tiene total autonomía en su regulación de la migración, es particular.
Alli “sí existe un cierto apoyo directo para inmigrantes, que se llama francisación y se relaciona más con un asunto nacionalista y el dominio del francés”, agrega Hernández.
Como en ese territorio hay un interés por conservar el francés como su primera lengua oficial (el inglés también lo es), si la persona migrante estudia francés a tiempo completo y de forma presencial, “puede recibir CAN$205 (unos US$150) por semana, más apoyo de transporte”, dijo Hernández.
Para entrar a ese programa la persona migrante debe cumplir con una serie de requisitos y debe comprometerse con las obligaciones del currículum académico. También hay que tener en cuenta que los montos y condiciones de ese programa pueden cambiar dependiendo del gobierno de turno.
Otro tipo de ayuda que prestan algunas organizaciones es asesoría legal y traducción de documentos para quienes necesitan homologar su título.
También hay apoyos enfocados a la adaptación al invierno que ofrecen cursos de deportes de nieve, a precios más asequibles para los nuevos migrantes.
Es posible encontrar, también, programas e instituciones que gestionan donación de muebles o ropa para facilitar la vida de las personas recién llegadas, pero, de nuevo, las personas deben inscribirse en ese tipo de programas y pasar ciertos filtros.
Finalmente, es importante aclarar que quienes son residentes permanentes en Canadá pueden acceder a otro tipo de subsidios ofrecidos por el gobierno a la población en general, no a los migrantes de forma exclusiva.
Eso está relacionado con ayudas para estudios, para la manutención de los hijos o para quienes se encuentren en precariedad económica.
Dichos apoyos varían para cada provincia y se han establecido ciertos filtros y condiciones que quienes acceden deben cumplir.