Debido a la desatención y falta de plantación de las obras por parte del presidente municipal de Cacahoatán, Rafael Inchong Juan, están destrozados caminos rurales de dicho municipio.
Las pésimas condiciones de las carreteras ejidales propician la inseguridad. La carretera que va desde el ejido Faja de Oro, hacia el ejido Salvador Urbina se encuentra muy deteriorada con enormes baches, sobre lo que queda de cinta asfáltica.
“Todo esto lo sabe el presidente Rafael Inchong, pero nos tiene con puras mentiras, ya que a veces dice sí, y al rato dice que no, hace como que no sabe”.
Walberto González Francisco / habitante del ejido Salvador Urbina.
El perjuicio es para toda la comunidad, para los niños y jóvenes que van a las escuelas, para las personas que utilizan el transporte, también para los productores a la hora que trasladan sus cosechas.
Los enormes baches que se extienden en toda la carretera provoca que los vehículos circulen a muy baja velocidad, y eso es aprovechado por los delincuentes para asaltar a los pasajeros y a los automovilistas, a quienes han despojado de su dinero y pertenencias.
Constantes asaltos al transporte
“La carretera está muy deteriorada, muy mala, ha habido muchos asaltos por motivo que los carros se detienen en donde esta mala la carretera, por eso queremos que se arregle lo más pronto posible y ya no queremos más mentiras”.
También tienen dificultades para trasladar a sus enfermos a la cabecera municipal o a los hospitales de Tapachula.
Son alrededor de 15 kilómetros en muy malas condiciones que van desde Ahuacatlan, San Vicente, Salvador Urbina y Unión Roja
“No basta con tapar los baches, es urgente que se levante la carpeta asfáltica actual y se ponga una nueva, porque, ya tiene muchos años que fue construida esa vía y no ha recibido un buen mantenimiento. Si antes nos haciamos 20 minutos, ahora nos hacemos 45 minutos en la combi para bajar a la cabecera”.
Walberto González, añadió que no entienden el porqué la negativa del edil cacahoateco de arreglar esa carretera, sobre todo si se toma en cuenta que en ese lugar habitan más de dos mil familias quienes piden a gritos esa obra.