En la última década siguen existiendo muchas prácticas de violencia, como en el ámbito escolar, en modo de acoso, hostigamiento o agresión física, principalmente contra las mujeres estudiantes, porque la relación docente-estudiante siempre será jerárquica, es decir, siempre se va ubicar a ellas en una posición de subalternidad.
Lo anterior fue manifestado por María Teresa Garzón Martínez, investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (Cesmeca) de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach). Sin embargo, consideró que al mismo tiempo las nuevas generaciones de niñas y jóvenes ya vienen con una educación política, la cual se puede denominar feminista, y que las ayuda a organizarse para denunciar.
En el término judicial es bastante complejo porque el Estado en sí mismo es patriarcal; aunque existen muchas políticas públicas desde los años 80, gestadas por el movimiento de mujeres, casi no operan porque no existen las condiciones económicas y operadores que las lleven a la práctica.