América Latina enfrenta un aumento de las enfermedades transmitidas por mosquitos, especialmente el dengue y el chikungunya, y a pesar de los esfuerzos de Gobiernos y organizaciones sanitarias para prevenirlas y controlarlas, los casos se multiplican por la crisis climática y los debilitados sistemas sanitarios tras la pandemia.
El principal vector para la transmisión de estas enfermedades es el mosquito Aedes aegypti, un insecto presente en zonas tropicales y subtropicales del continente, responsable de la explosión de casos que se ha dado en las últimas cuatro décadas.
En la década de 1980 los sistemas de vigilancia reportaban en las Américas cerca de 1.5 millones de casos, “y en la última década (2010-2020) el continente registró más de trece millones de casos de dengue”, asegura en una entrevista con EFE José Luis San Martín, asesor regional de dengue en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En contraste, Centroamérica no tiene de momento preocupaciones por la incidencia del dengue y el chikungunya.
A medida que los sistemas de salud se enfocaban en la respuesta a la pandemia del COVID-19, los recursos destinados a la prevención, el monitoreo y el tratamiento de estas enfermedades se vieron reducidos en muchos países de la región.
Pese a las restricciones, no se paró la transmisión del dengue y chikungunya en el periodo pandémico, aun así “los sistemas sanitarios en la región lograron registrar más de dos millones de casos”, apunta el vocero de la OMS.
Además, las medidas de distanciamiento social y el cierre de espacios en muchos países como respuesta a la pandemia limitaron la capacidad de las comunidades para participar en las actividades de prevención del dengue y el chikungunya, como la eliminación de criaderos de mosquitos.
Finalmente, y pese al impacto negativo que le imprimió la pandemia a los sistemas sanitarios, la OPS implementó estrategias para capacitar al personal médico en la lucha contra estas enfermedades.
Y en Colombia, la Cruz Roja entrega material didáctico que invita a la población a utilizar los sentidos para prevenirlas.