La diputada local Míriam de los Ángeles Vázquez Ruiz, renunció a su militancia y afiliación al Partido del Trabajo (PT), debido a la ausencia de rendición de cuentas sobre las decisiones tomadas a nombre del grupo parlamentario y la falta de inclusión y consenso sobre distintas acciones legislativas, tal como lo señala la normatividad en la materia
Además, señaló que sólo ha encontrado por parte del Partido del Trabajo desinterés y omisión para atender el planteamiento de equidad de género, minimizando e invisibilizando su trabajo.
Indicó a través de un comunicado que al interior del partido se decidió separarla de las decisiones del rumbo de esta instituto político junto a un grupo de sus compañeros.
El origen de esta decisión, se funda en el fortalecimiento que hicieron de diversos liderazgos ciudadanos en todas las regiones del Estado, negando toda pluralidad y observando a esta como un riesgo para los intereses personales de algunos actores del partido, explicó.
La consecuencia de estos actos no sólo tienen efecto en el propio instituto político y su legitimidad, sino además dañan la vida interna partidista y la confianza de las y los militantes de todas las regiones del Estado, cuyos testimonios de desacuerdo se cuentan por miles por este desempeño lejano a los estándares y atributos democráticos necesarios de un partido de izquierda.
Asimismo, dijo que se registraron agravios y perjuicios, los cuales tienen nombre y apellido de los responsables y también de quienes ante sus denuncias ejercen la política de oídos sordos, de complicidad y tolerancia.
Sabe que ante la falta de justicia, el tiempo colocará a cada quien en su lugar, por ello, ante los arrebatos personales de una minoría que menoscaba la institucionalidad de un espacio público como lo es un partido político, ante la cerrazón de escuchar a las bases y la falta de garantías de los derechos de las y los militantes, se retiró de este instituto político.
Lamentó que algunos actores locales de este partido abandonaron los ideales básicos y decidieron unilateralmente hacer un proyecto político personal, cuya brújula sólo reconoce a la opulencia como recompensa, la sumisión como moneda de cambio y la ostentación narcisista como el rasgo distintivo de su verdadera ideología.