Como cada año, este 12 de diciembre el universitario Benjamín Paredes, acompañó musicalmente la celebración por el aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.
Inconfundible, solemne y vigoroso, Benjamín Paredes hizo sonar el Órgano Monumental de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe (INBG), que acompaña el rito y culto mariano desde hace casi medio siglo.
Sentado frente a cinco teclados con 60 piezas y 32 pedales que activan las 10 mil 222 flautas, uno de sus ejecutantes, Benjamín Paredes, licenciado Músico-instrumentista en órgano por la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, comentó que la música es su pasión.
A propósito del 12 de diciembre, fecha en que se conmemora el 491 aniversario de las apariciones marianas en el cerro del Tepeyac, el ahora profesor de Órgano y de Armonía al teclado a nivel propedéutico y licenciatura en la FaM, asegura que la complejidad de ejecutar un instrumento se incrementa por el entorno en que se realiza.
Aseveró que la música la percibe como un medio para comunicarse, algo que puedo transmitir a los demás, expuso que en la festividad de la Virgen de Guadalupe la intervención musical inició en la ceremonia de las Vísperas solemnes la tarde del domingo 11 de diciembre.
Otro de los retos en la ejecución del órgano, comenta, es la atención, “porque mucho de lo que nosotros acompañamos lo canta el sacerdote y lo hace en su tono. Entonces nosotros, al momento en el que vocaliza, tenemos que responderle en el mismo que él tiene”.