Contrario a las expectativas que se tenían el 18 de marzo, el pasado martes 19 del mismo mes, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se vio en la necesidad de reprobar la entrada en vigor de la ley SB4 en Texas, que pretende detener el flujo de personas migrantes mediante su criminalización.
El Gobierno de México señaló que dicha medida fomenta la “separación de familias, discriminación y perfilamiento racial que atentan contra los derechos humanos de la comunidad migrante”.
“Como se ha expresado desde que dicha medida fue discutida en el seno legislativo de Texas el año pasado, México rechaza tajantemente cualquier medida que permita a las autoridades estatales o locales ejercer labores de control migratorio, detener y retornar a personas nacionales o extranjeras a territorio mexicano”, externó la dependencia.
En este mismo sentido, México cuestionó “también disposiciones legales que afecten los derechos humanos de las más de 10 millones de personas de origen mexicano que residen en Texas, generando ambientes hostiles en los que la comunidad migrante esté expuesta a expresiones de odio, discriminatorios y de perfilamiento racial”.
“La SRE seguirá brindando asistencia y protección consular oportuna, humana y digna a todas las personas mexicanas en Texas a través de sus 11 representaciones en el estado, y del Consulado de Albuquerque que también cubre condados del estado”, concluyeron.