Ocho países de América Latina (AL) y el Caribe, entre ellos México, atraviesan una situación inédita debido a la influenza aviar H5N1. Hasta el momento, se ha constatado la transmisión del virus en mamíferos y, durante los primeros meses de 2023, se han reportado afecciones en una niña en Ecuador, en una mujer en China y en dos personas en Camboya.
Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han recomendado vigilar, detectar y responder de forma oportuna a la amenaza de una enfermedad animal riesgosa para los humanos.
Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM, refiere que enfrentamos la pandemia de influenza aviar más grande de la que haya noticia dado que hay altos números de aves infectadas en Asia, Europa y América.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en 47 entidades de Estados Unidos, desde enero del 2022 casi 60 millones de aves fueron sacrificadas debido al alza en contagios; mientras que en 36 países de Europa la cifra alcanzó los 50 millones de 2021 a 2022.
En México, de acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), el virus ha afectado a casi 6 millones de ejemplares en 13 estados.
Cabe señalar que entre los animales más susceptibles son los de corral, como los pollos, gallinas, gallos y pavos.
Los primeros casos de gripe aviar en humanos se registraron durante 1997 en Hong Kong, en palabras del coordinador del PUIREE: “fueron 18 y tuvieron una mortalidad significativa, de más del 30 por ciento. Eso disparó la alerta y la OMS llamó a todos los gobiernos a establecer planes ante la posibilidad de una nueva pandemia de influenza”.