Tras la renuncia de Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa, el extitular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Julio Hernández Barros, refiriéndose al caso Ayotzinapa informó que las investigaciones pudieron haber presentado inconsistencias.
De manera más específica, describió que se “tuvieron fallas metodológicas al llegar a conclusiones y darlas por ciertas, cuando son suposiciones, basadas en testigos de oídas que no presenciaron los hechos. Estas inconsistencias dan lugar a una investigación defectuosa”.
En entrevista para El Universal, Hernández Barros opinó que dentro de las inconsistencias que él pudo observar, destaca el que se declaró sin vida a los normalistas sin contar con pruebas suficientes. A lo anterior, agregó que dentro de la Ley General de Víctimas se establece que se debe respetar la presunción de vida.
Su argumento, externó se fundamenta tras lo dicho por Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, quien habría declarado el 18 de agosto del año en curso que “todos los testimonios y evidencias acreditan que éstos fueron arteramente ultimados y desaparecidos”.
Hernández Barros, describió que la renuncia de Gómez Trejo pudo haber sido a raíz de que la investigación no arrojó los resultados que se buscaban. “Me tocó codo a codo ver cómo integraba la carpeta de investigación el entonces exprocurador de Justicia de Guerrero, Iñaki Blanco, que duró ocho días y después esa indagatoria fue absorbida por la entonces Procuraduría General de la República”.
Dado que él fue comisionado encargado de desapariciones forzadas, compartió para la misma fuente que “vigilaba muy de cerca las investigaciones, por supuesto no intervenía en ellas, ni participaba de forma alguna, pero tenía acceso a las mismas”.