Fenómenos naturales como los sismos de México en 2017 o los ocurridos recientemente en Turquía y Siria comprueban, por un lado, la dinámica y la vitalidad propias de la Tierra, y por otro, refuerzan la idea de que, ante la imposibilidad de predecir cuándo y dónde ocurrirán, las sociedades deben esforzarse por minimizar sus daños.
En esta idea coincidieron expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) que participaron en la reunión nacional del Programa de Prevención de Desastres en Materia de Patrimonio Cultural (Previnah) 2023.
De manera virtual, el coordinador nacional de Centros INAH, René Alvarado López, y las coordinadoras nacionales de Monumentos Históricos y de Conservación del Patrimonio Cultural del instituto, Valeria Valero Pié y María del Carmen Castro Barrera, respectivamente, coincidieron en que los desastres derivados de sismos son más sociales que naturales.