El terremoto magnitud 6.8 registrado en Marruecos ha cobrado la vida de cerca de tres mil personas y miles de heridos, hasta el mediodía de este lunes el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, indicó que ningún español habría fallecido en el sismo.
El inusual movimiento telúrico hizo que la gente se levantara rápidamente de sus camas y saliera a las calles, mientras los edificios se derrumbaban y los escombros sepultaban a quienes no lograron ponerse a salvo.
Se trata de un el sismo más fuerte que ha sacudido el país del norte de África en 120 años, el sismo derribó muros de piedra y mampostería que no estaba diseñada para resistir terremotos, cubriendo de escombros comunidades enteras.
Los equipos de rescate trabajaron toda la noche para encontrar sobrevivientes enterrados entre las polvorientas ruinas, sin embargo, como ha sucedido en otros países como México y Turquía las labores de rescate se extenderán por más días o semanas.
El ejército y los servicios de emergencias tratan de llevar la ayuda a las zonas afectadas, pero las carreteras de acceso a la zona montañosa próxima al epicentro se encuentran prácticamente inservibles, lo que ralentiza las operaciones de rescate.