La decisión del presidente Daniel Noboa, de irrumpir en la sede diplomática mexicana, escaló la tensión política entre ambos países, después de las declaraciones del presidente López Obrador y del anuncio de que otorgaría asilo político a Jorge Glas. Bajo el argumento de “cero impunidad”, el Gobierno ecuatoriano ordenó a la Policía la retención del exvicepresidente, sentenciado por corrupción. Y la flagrante violación de la Convención de Viena desencadenó una ola de críticas en la comunidad internacional.
Puertas adentro, la opinión pública esté dividida ante el accionar del Gobierno. Hay quienes condenan la incursión en la sede diplomática y quienes condenan la intención de México de sacar al exvicepresidente del país de manera ilícita. Pero, ¿Qué implicaciones internacionales podría tener para Ecuador lo sucedido en Quito?:
Condena internacional Las acciones de los gobiernos de turno influyen en la percepción internacional del Ecuador. Por eso, la irrupción en la Embajada mexicana podría tener impactos indirectos en la confianza de otros países, agencias de cooperación y organismos multilaterales. Inicialmente, esto está reflejado en los comunicados emitidos por los actores internacionales.
Los primeros fueron los gobiernos de la región denominados progresistas: Colombia, Venezuela, Chile, Brasil, Bolivia y Cuba. Pero les siguieron también Paraguay, Uruguay, Panamá, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Perú, Argentina. Todos condenaron la acción del Ejecutivo ecuatoriano y algunos la tacharon de repudiable e inaceptable. Pero nada dijeron de la intención del mexicano Andrés López Obrador de otorgarle asilo al exvicepresidente, que también contravenía directamente la Convención de Caracas. Dicho instrumento internacional, en su artículo 3 establece que:
“No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se encuentren inculpadas o procesadas en forma ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas respectivas”.
Sanciones diplomáticas Existe la posibilidad de que determinados gobiernos tomen posiciones más severas frente a Ecuador, por la agresión a la Embajada mexicana. Y decidan tomar acciones explícitas, como interrumpir las relaciones bilaterales. Sin embargo, el único en ir más allá fue el nicaragüense Daniel Ortega, quien se sumó al rompimiento de relaciones decretado por México. Esto, pese a que Ecuador no tiene una embajada en Managua desde 2019 y que sobre los funcionarios del gobierno de Ortega pesan sanciones internacionales por graves violaciones a los derechos humanos.