Perú decretó un toque de queda durante tres días en la región de Puno, frontera con Bolivia, foco de nuevas protestas donde murieron 17 civiles en enfrentamientos y un policía tras el ataque de una turba, en los actos más violentos tras la destitución del exmandatario izquierdista Pedro Castillo.
La región de Puno se puso en duelo hasta el próximo jueves por la gran cantidad de muertos en la víspera, elevando a 39 los civiles fallecidos tras violentos disturbios iniciados en diciembre en varias localidades del país, principalmente en el sur andino.
El Ministerio de Interior confirmó el primer policía muerto durante las protestas, luego del ataque de desconocidos a un vehículo de las fuerzas de seguridad en la madrugada del martes.
“Se aprobó en el Consejo de Ministros un decreto supremo que declara la inmovilización social obligatoria en Puno por el plazo de tres días, desde las 20:00 horas hasta las 04:00 horas”, indicó el primer ministro, Alberto Otárola, en un discurso ante el Pleno del Congreso.
Al momento se tiene registro de 68 civiles y 75 policías heridos en las movilizaciones en Puno.