El pasado 9 de enero, una trabajadora social acudió a la casa de una familia en la localidad de Skegness, en el condado de británico de Lincolnshire, tras varios intentos de contactar con el padre. Al entrar en la vivienda se encontró tanto al hombre como a su hijo de dos años muertos.
Llevaban sin dar señales de vida desde el 26 de diciembre. Tras más de dos semanas, encontraron a Bronson Battersby, junto al cuerpo de su padre, Kenneth, de 60 años, quien pudo haber fallecido por un ataque al corazón, según han publicado varios medios británicos. Todo apunta, según los investigadores, a que el pequeño murió de hambre tras permanecer varios días junto al cadáver de su padre.
La madre, Sarah Piesse, de 43 años, culpa a los servicios sociales de la muerte de su hijo.
Al parecer, el padre de Bronson era una persona calificada como vulnerable, por lo que recibía visitas semanales de una trabajadora social. El 2 de enero la trabajadora acudió a su hogar pero no obtuvo respuesta, por lo que se marchó. Lo mismo ocurrió dos días después y en ese momento ya informó a la policía. No obstante, no fue hasta el día 9 cuando la trabajadora social, por su cuenta, entró en la casa. Y en ese momento se encontró los cadáveres.
Las autoridades del condado de Lincolnshire van a investigar el caso parta indagar qué ha ocurrido y comprobar si deben depurar responsabilidades, si las hubiera.