Un segundo convoy de ayuda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llegó al noroeste de Siria para socorrer a las víctimas de la tragedia causada por el terremoto, pero las organizaciones humanitarias han advertido de que se necesita mucha más y mucho más rápidamente para salvar todas las vidas posibles.
Un total de 14 camiones cruzaron a las zonas de Siria controladas por la oposición desde Turquía por Bab al-Hawa, según confirmó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Este paso es el único autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU para el envío de ayuda, lo que ha provocado varios llamamientos, entre ellos el del Secretario General de la ONU, António Guterres, para que se “exploren todas las vías posibles para hacer llegar ayuda y personal (para distribuirla) a todas las zonas afectadas”.
Haciéndose eco de los crecientes llamamientos internacionales para un acceso más rápido y fácil al noroeste de Siria a través de nuevas rutas, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo que estaba listo para trasladar suministros allí, aunque las carreteras habían sido dañadas por los terremotos.
Al respecto la directora regional de la agencia de la ONU en Oriente Medio, Norte de África y Europa del Este, Corinna Fleischer, señaló que se tienen que cruzar las fronteras rápidamente y que los funcionarios hagan lo correcto para que la entrega de la ayuda humanitaria sea efectiva.
La funcionaria insistió en la necesidad de reanudar e intensificar las entregas a través de las líneas que dividen las zonas controladas por el Gobierno hasta las que lo están en el territorio controlado por la oposición, y explicó que el 90 por ciento de la población del noroeste depende de la ayuda humanitaria.
Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señaló que ya se están distribuyendo las reservas almacenadas de antemano procedentes de las entregas a través de las líneas que se realizaban antes de los terremotos, y añadió que esperaba que un acuerdo con el Gobierno permita un “acceso rápido y regular” al noroeste.
Según los últimos informes, más de 22 mil personas han muerto en Turquía y Siria. El Programa Mundial de Alimentaos ha suministrado comidas a los sobrevivientes peor de acuerdo con la agencia de la ONU se necesita 77 millones de dólares para suministrar raciones de alimentos y comidas calientes a 874 mil personas afectadas.