Los migrantes varados en la frontera sur de México y que esperan en un campamento improvisado a orilla de la carretera México 200 en la ciudad de Tapachula, colapsada por el incontrolable flujo de personas en movilidad, tienen miedo de subir a un autobús y ser secuestrados.
Mariani Álvarez, es venezolana junto a sus tres hijas llegaron hasta Tapachula, para cumplir el sueño americano, pero, con miedo de subirse a un autobús y toparse con grupos criminales que las secuestren por todas las historias, rumores y noticias que han escuchado entorno a migrantes secuestrados.
“Nos han dicho que los conductores de los buses están coludidos con los grupos criminales, ellos mismos nos pichan para que nos roben, nos bajen del bus, para que nos quiten el tikect y hasta para que secuestren a los migrantes”. Mariani Álvarez / venezolana.
“Nos han dicho que los conductores de los buses están coludidos con los grupos criminales, ellos mismos nos pichan para que nos roben, nos bajen del bus, para que nos quiten el tikect y hasta para que secuestren a los migrantes”.
Yesica Hernández, también, decidió migrar con su familia desde Venezuela, contó, que han vivido de todo en su trayecto, han visto morir gente en la Selva del Darien, han sido víctimas de extorsión en Guatemala, y ahora desgastados física, mental y económicamente, se internaran a México con el temor de toparse con traficantes de personas y secuestradores.
“Uno ve en las noticias que están secuestrando autobuses con migrantes y luego piden rescate a los familiares, por eso tenemos mucho miedo sobre todo por nuestros hijos, vamos con miedo pero con la fe en Dios de que llegaremos a Estados Unidos”. Yesica Hernández / venezolana
“Uno ve en las noticias que están secuestrando autobuses con migrantes y luego piden rescate a los familiares, por eso tenemos mucho miedo sobre todo por nuestros hijos, vamos con miedo pero con la fe en Dios de que llegaremos a Estados Unidos”.
Jonathan Paredes, es ecuatoriano, auxiliar en emergencias médicas, irónicamente tiene tres días en este campamento improvisado esperando un autobús que lo lleve a Tuxtla Gutiérrez para luego salir a la frontera norte con Estados Unidos.
Seguro de cumplir su sueño y correr todos los riesgos, envió un mensaje a quienes secuestran migrantes.
“Muchas veces hemos escuchado del secuestro de autobuses completos, yo les digo a los carteles si me ven por ahí: nosotros no tenemos dinero, salimos de nuestro país porque no teníamos trabajo, ustedes lo entienden que son una organización que hace lo que hace por dinero; así que, si nos ven por ahí no nos secuestren y échennos la mano”.
Jonathan Paredes
Activistas, aseguraron que el secuestro de migrantes es un delito imparable, acentuado en Estados del norte del país y que es gestado desde el sur de México. El delito no ha logrado frenarse, ni con la militarización de las fronteras. Con frecuencia los delincuentes son apoyados por autoridades locales e incluso agentes migratorios.