Aunque el sauna tuvo su origen hace más de 10,000 años, sigue siendouna práctica popular de bienestar y relajación. Con el paso de los siglos, ha ido evolucionando y adoptando nuevas técnicas sin perder su propósito inicial: proporcionar beneficios para la salud física y mental.
Esta práctica es una experiencia de calor seco, un baño de vapor que generalmente se realiza en un espacio especialmente diseñado donde la temperatura ronda entre los 70° y 100° centígrados, lo que implica exponer el cuerpo a temperaturas elevadas para promover la transpiración y desintoxicación de nuestro organismo.
¿Te gustaría saber más beneficios sobre el sauna? Te contamos.
Beneficios del sauna
El sauna suele ser una práctica bastante segura, pero podría no ser ideal para todos, así que si tienes alguna enfermedad crónica, antes de entrar, te recomendamos siempre consultar con un profesional.
Mejora la salud cardiovascular
La disminución del estrés que provoca el sauna se traduce en una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Existen estudios científicos que demuestran que aquellas personas que utilizan el sauna de cuatro a siete veces por semana tienen un 63% menos de posibilidades de sufrir un paro cardíaco.
Bye al dolor muscular y articular
El incremento en el flujo sanguíneo puede contribuir a disminuir la incomodidad muscular y así favorecer la movilidad de las articulaciones y evitar la molestia que pueden generar enfermedades articulares como la artritis.
Acaba con el estrés
El aumento de la circulación inducido por el calor en una sauna conduce a la relajación y genera una sensación de bienestar. Así que si sueles ser una persona que se estresa frecuentemente, esta práctica definitivamente es para ti, te encantará.
Limpia la piel
Uno de los mejores beneficios del sauna es su capacidad para revitalizar y purificar, ya que incrementa el flujo sanguíneo en la piel y genera que los poros se abran para facilitar la eliminación de impurezas. Asimismo, el calor estimula la elasticidad, firmeza y la producción de colágeno en la piel.