La diabetes es una enfermedad crónica (de larga duración) que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía.
Su cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos que come en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo.
Existen tres tipos principales de diabetes: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional (diabetes durante el embarazo).
La diabetes tipo 1 es causada por una reacción auto inmunitaria. Esta reacción impide que su cuerpo produzca insulina. Con la diabetes tipo 2, el cuerpo no usa la insulina adecuadamente y no puede mantener el azúcar en la sangre a niveles normales. La diabetes gestacional aparece en mujeres embarazadas que nunca han tenido diabetes.
Una diabetes mal tratada puede llegar a convertirse en un gran problema para quien la padece, como el pie diabético, el cual es una de las diferentes complicaciones que pueden tener las personas diabéticas.
El síntoma principal del pie diabético es la aparición de heridas y úlceras en el pie, cosa que hay que controlar y cuidar especialmente. Además de esto, los síntomas habituales del pie diabético son: Hormigueos y calambres. Ausencia de sensibilidad en los pies. Conversión de las heridas en úlceras.
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Es muy importante un diagnóstico y tratamiento precoz del pie diabético, ya que puede derivar en una peor ulceración e incluso en tener que amputar la extremidad, en caso de gangrena. Además, el diagnóstico precoz es importante porque más de la mitad de los pacientes pueden no tener síntomas. De hecho, el pie diabético puede ser considerado un marcador pronóstico de la enfermedad.