El vulcanólogo Miguel Ángel Alatorre, del Centro de Monitoreo vulcanólogo y Sismológico de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, dijo que el monitoreo de los volcanes El Tacaná en la frontera con Guatemala, donde conviven en sus alrededores unas 80 mil personas y El Chichón en el norte del estado, con unas 8 mil a 10 mil personas en sus alrededores, requieren de mayor inversión en equipamiento, están activos y la información que genera la ciencia sirve a las instituciones para tomar decisiones.
“En este momento los dos volcanes tienen signos de que están activos, ha habido actividad sísmica cercana al volcán Tacaná, como también cerca del Chichón, en este último también e han visto cambios como la coloración del agua, lo que ha la que hay un proceso de evolución, y es importante que los dos estén monitoreados, está situación puede cambiar muy rápido, incluso en poco tiempo pueden pasar a una actividad más activa, señaló el científico”, expuso.
El especialista explicó que los sismos de la actividad volcánica son más pequeños, son de magnitudes de uno a tres grados, generalmente pequeños y tienen que ver con los movimientos que están ocurriendo en el interior, por ello es necesario estudiarlos y monitorearlos, a fin de que conozcan el estado actual del magma o los gases que están dentro el volcán, pues hay sismos que ni siquiera se perciben solo los registra la red de monitoreo sísmico y volcánico, que solo pueden ser perceptibles a una distancia de hasta 10 kilómetros a la redonda del coloso.