México es líder en horas trabajadas, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero eso no se refleja en su productividad, pues con 2 mil 137 horas anuales por trabajador, casi duplica el número que se registra en potencias mundiales como Estados Unidos y Canadá.
Sin embargo, la aportación al producto interno bruto (PIB) por cada hora trabajada es muy baja, sólo 22.2 dólares por hora aportados a la economía, un promedio muy por debajo de países con menor número de horas laborales, como Estados Unidos que promedia 77.1 dólares, e Irlanda, con sólo mil 772 horas laboradas al año, pero que aporta 109.5 dólares por hora a su economía por cada trabajador.
Sabemos que el número de horas trabajadas no necesariamente está relacionada con la productividad laboral ya que ésta es mucho más compleja. Tener empleados productivos implica una excelente cultura laboral, cuidado y atención de riesgos sicosociales y atención a la salud mental de los colaboradores, entre otras acciones, sostuvo Yunue Cárdenas, coordinadora del HUB de psicología de Affor Health, empresa especializada en gestionar y mejorar la salud sicosocial de las personas en las organizaciones.
Sin embargo, el fenómeno de presentismo laboral se ha vuelto una problemática creciente que afecta tanto a los empleados como a las empresas. El presentismo se refiere a la situación en la que el trabajador asiste a su puesto de trabajo, cumple con su jornada y algunas tareas, pero su rendimiento es bajo.