El Arzobispo de Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, reconoció a las mamás en su día y pidió a Dios por todas para que puedan tener felicidad, salud, consuelo, amor, ante las diversas situaciones es que puedan estar viviendo.
Señaló que el amor de la madre es tan grande y, a ejemplo del amor de Dios tan misericordioso, que siempre comprende, siempre alienta y lucha por los hijos, aun los que se han apartado del buen camino.
Pidió a Dios por aquellas madres que sufren, porque algún hijo está en la cárcel, está desaparecido o, tristemente, muerto, ellas no se preguntan si son culpables o no, siguen amándolos, siguen buscándolos, siguen llorándolos, aun cuando esto les signifique sufrir humillaciones, ellas, a pesar del miedo que puedan sentir, siempre siguen adelante por sus hijos.
Aseguró que una mamá siempre busca ayudar, alentar y comprender a sus hijos, nunca cierra las puertas de su casa para ellos, les ofrece el perdón de Dios y su amor para invitarlos a retomar el camino y a salir del abismo en el que pudieran haber caído.
Afirmó que el amor de una madre es así, es un amor incondicional y total, que sabe poner en sus oraciones diarias a todos sus hijos, un amor que llama a la puerta del corazón de Dios en favor de ellos, que los encomienda al amor divino y pide constantemente a Dios que toque el corazón de sus hijos para que se acerquen a Él.
Pidió a Dios en el Día de la Madre que consuele a las mamás que sufren, a las madres que lloran la muerte de un hijo, a las madres buscadoras que no se rinden y que no descansan, porque tienen la esperanza de volver a ver a sus hijos desaparecidos.
Pidió también por todas las madres que tienen la dicha de tener cerca a sus hijos, de disfrutar día a día con su compañía y amor, asimismo, dijo que se debe dar gracias a Dios por todo el amor y esfuerzo que las madres han depositado en cada uno de sus hijos y que oran por su bienestar y protección.
Dijo que en este día tan especial, expresó lo que significa la mamá en las vidas de cada uno, aun cuando las palabras se quedan cortas ante el papel que ellas desempeñan en mundo, además que se mira en su rostro todo lo que ellas hacen, lo que viven, lo que sufren por sus hijos.