Diversas causas naturales o principalmente provocadas por el hombre conducen a una pérdida de vegetación en áreas silvestres y urbanas, es ahí donde la reforestación entra en juego, plantando nuevos árboles para ayudar a mantener el equilibrio en el ecosistema, sin embargo estas acciones deben ser estudiadas antes de hacerlas e identificar las condiciones climáticas y las características del árbol que necesita para cada espacio, para garantizar la supervivencia del mismo.
Existe un reglamento para Tuxtla Gutiérrez en dónde dice toda la lista de especies que se deben utilizar y la necesidad de reverdecer que va desde estratos pequeños como arbustos, hierbas, arboles hasta los techos verdes.
Si se plantan los árboles equivocados en un lugar inadecuado, las especies pueden desplazar a las especies nativas y consumir mucha más agua que las plantas del lugar, afectando los servicios ambientales. En algunos casos, las prácticas de reforestación pueden ser ineficientes cuando se considera su alto costo y la baja sobrevivencia de los árboles. Otro riesgo para la conservación de los bosques ocurre cuando existe un mayor estímulo económico para sembrar árboles que por conservar los árboles existentes.
La participación de múltiples partes interesadas es fundamental para avanzar en la detención de la deforestación. Las iniciativas conjuntas de los sectores público y privado pueden ofrecer soluciones eficientes,