El caos en Tapachula se mantiene, las autoridades no han sido capaces de apaciguar el ánimo frenético de miles de extranjeros varados en esa localidad del estado de Chiapas, en el sur de México, a la espera de obtener el documento que evidencie la tramitación de asilo. Los interesados pasan hasta 4 días en cola, a la intemperie, bajo sol y lluvia, hasta que llegue el turno para entrar a la sede de la Comisión Mexicana para los Refugiados (COMAR).
De lo contrario, no queda otra que emprender camino en caravana hacia alguna otra ciudad de México o hacia la frontera con Estados Unidos. Pero, de ser detenidos sin papeles, como mejor salen, es el regreso obligatorio a Tapachula. Lo peor, el traslado expreso al centro de detención Estación Migratoria Siglo 21 con muchas posibilidades de que sean deportados.
En las últimas semanas, unos 150 cubanos han sido regresados a la isla desde México en dos vuelos, operaciones que no se realizaban desde el 3 de marzo. El grupo, parte del llamado “éxodo de la pobreza”, espera llegar en los próximos días al vecino estado de Oaxaca, pero primero busca arribar a Arriaga, un municipio cercano a la costa y ubicado a unos 130 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez.
En días recientes, en la nueva sede de la Comisión Mexicana para Refugiados en Tapachula, situada en el Parque Ecológico, se han registrado trifulcas entre extranjeros desesperados, que han echado abajo vallas e intentado ingresar al inmueble violentamente. Han sido básicamente migrantes de Haití los protagonistas de por lo menos cuatro irrupciones que han dejado heridos leves y detenidos.