Sí, aunque te parezca un termino un tanto extraño hoy en día es una palabra que se utiliza para describir a aquellas personas muy enfocadas y comprometidas en el trabajo, incluso, muchas personas se autodenominan workaholics, y lo usan como símbolo de orgullo.
Lamentablemente, esto hace que se pierda de vista la diferencia entre un gran trabajador y una persona adicta al trabajo, aquí las diferencias:
La adicción al trabajo es una adicción de comportamiento. Estas tienen puntos en común con las adicciones a sustancias, ya que se trata de conductas que la persona no puede dejar de hacer, a pesar de las consecuencias que le trae en su vida personal.
Esta adicción no se refiere a simplemente trabajar muchísimas horas, sino a la preocupación mental relacionada al trabajo. Se refiere a una preocupación u obsesión problemática, que se traduce en una alta inversión de tiempo y esfuerzo en las actividades laborales, descuidando las otras áreas de la vida, como son la vida social o familiar.
Existen distintas causas por las que alguien puede desarrollar una adicción al trabajo. Es importante entender que este es un problema multicausal, es decir, que no se da exclusivamente por un motivo.
Una de las causas principales por las que se puede desarrollar una adicción, es para cubrir una necesidad psicológica. Es porque hay dolor o emociones desagradables con las que es difícil lidiar, por lo que el trabajo se vuelve un escape. También puede darse para compensar sentimientos de insuficiencia o poca competencia en otros aspectos de la vida.
Lamentablemente, el ritmo que requiere la adicción al trabajo es insostenible, y coloca al cuerpo en un estado de activación y tensión constante. Esto puede traer distintas consecuencias a la salud física, mental, y a otros aspectos de la vida como es: mayores niveles de estrés, depresión y ansiedad, dolores estomacales y físicos.
Como todo tipo de adicción es importante acudir con los expertos ellos te ayudaran a encontrar un equilibrio y tratar de llevar una vida plena.