En el caso de los matrimonios, también prevalece el tema económico. Muchos llaman a este problema infidelidad financiera. Es una forma de mentir sobre el dinero que puede acabar con tu relación.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la crisis económica derivada de la pandemia ha provocado que aumenten las discusiones de pareja. ¿El principal motivo? El dinero y su uso, que muchas veces toma forma de infidelidad financiera.
La infidelidad financiera se produce cuando alguien de la pareja utiliza el dinero de ambos, sin que la otra parte lo sepa y para cosas que no se han hablado con anterioridad.
De igual forma también puede producirse cuando la otra parte utiliza ese dinero para mantener una vida privada, que no involucra a su familia o a su pareja.
Considerando que los bienes de un matrimonio son mutuos, equivale a romper parte del pacto matrimonial; el cual abarca que no se tengan otras parejas y que los bienes son de ambos. ¡Es importante saberlo!
El tema monetario suele iniciar disputas. Tales disputas son el sendero hacia el divorcio, en el cual si se demuestra infidelidad financiera, pueden ocurrir fuertes problemas legales.
Por lo anterior, lo mejor es mantener siempre la honestidad amorosa y monetaria. Solo de esa manera se garantiza la necesaria transparencia entre la pareja.
Lo primero es tener ganas de dar un giro a la situación. ¡Y seguir leyendo!
Usa lo menos posible la tarjeta de crédito e intenta no gastar todo lo que ganás ambos. Es muy importante ahorrar conjuntamente.
Lleva todos sus pagos al día y busquen formar juntos un fondo de emergencia.
Hay muchas parejas en las que la mujer no sabe cuánto dinero gana realmente su marido, y viceversa. ¡Esto es un gran error! Incluso hay parejas que prefieren no tocar el tema y no hablar con su marido, o con su mujer, sobre su salario. ¡Otro gran error!
Es muy importante hablar a menudo sobre sus finanzas personales, sean transparentes en cuanto a su salario y a sus gastos.
En relación al punto anterior, es importante conocer los ingresos y gastos también para poder elaborar un presupuesto conjunto realista, en el que definen cuánto dinero pueden aportar cada uno.
También tienen que establecer qué gastos personales asume cada uno y cuáles se pueden compartir.
Igual de importante o más es establecer qué parte van a destinar al ahorro en común y sobre todo, jamás tomar decisiones financieras sin consultar a la otra persona.