Max Verstappen quedó fuera en las primeras vuelta del Gran Premio de Australia y fue Ferrari quien lo aprovechó. Un manejo imponente de Carlos Sainz fue premiado con el triunfo en una carrera en la que incluso tomó la primera posición antes de que el tricampeón del mundo abandonara la carrera, pues lo pasó con un rebase de maestro.
El piloto español, que pasó por el quirófano un par de semanas atrás, se llevó el triunfo gracias a su buen manejo y de paso completó el 1-2 con su coequipero, Charles Leclerc, para un fin de semana redondo en el continente oceánico y amargo para Red Bull, que con Checo Pérez apenas pudo aspirar al quinto puesto.
Las malas noticias para Red Bull llegaron desde las primeras 5 vueltas. Apenas en la arrancada, Checo Pérez no pudo recuperar posiciones tras la sanción que lo mandó al sexto puesto y además perdió una posición con Russell, quien lo mantuvo a raya pese a los ataques del mexicano.
Sin embargo, esa no era la peor noticia. Apenas en la vuelta 5, el monoplaza de Max Verstappen comenzó a llenarse de humo y a desprender algunas llamas de la llanta trasera derecha por lo que predió potencia y lo que se pensaba que era el motor, en realidad fue el freno que lo dejó fuera de la carrera.