Ser campeón del mundo era el destino del boxeador mexicano Rey Vargas. El púgil mexiquense, quien ya presume en su palmarés dos cinturones de esa clase avalados por el Consejo Mundial de Boxeo, no se conforma, y poco menos de un año después de coronarse como monarca pluma, está a unos días de volver al ring en busca de su tercer fajín.
Su cita con la historia está pactada para el 11 de febrero, en San Antonio, Texas, con el cetro superpluma en juego, y como rival tendrá al estadounidense O’Shaquie Foster.
“Estoy emocionado por la oportunidad de ir a las 130 libras, en busca de otro campeonato. Es lo que busco, retos. Hablé con mi promotor para ver esa posibilidad. Era lo que quería: hacer cosas a las que el boxeador normalmente no se atreve”, advierte Vargas, quien va por su victoria 37 como profesional, que incluyen 22 nocauts.
“Ser campeón del mundo no es fácil”, acepta Rey. “Pero hay una lista larga de ellos. Si eres bicampeón invicto, ya se cierra la lista. Ahora quiero que mi nombre esté en la pequeña lista de tricampeones invictos”.
Su contendiente tampoco ha conocido la derrota, es tres años menor que él (29) y acecha su triunfo 20, además de presumir mucho poder con los puños. “No me da miedo, hemos estado alistando el cuerpo en la preparación. No puedo decir si es el rival más fuerte en mi carrera, hasta verlo arriba del ring. He enfrentado a peleadores fuertes, duros”, finalizó Vargas.