A pocas horas en que inicie la promoción del Buen Fin en varios establecimientos comerciales de Tapachula, los consumidores no tienen un respaldo de alguna autoridad en caso de caer en alguna ilegalidad de las empresas, ya que la Procuraduría Federal del Consumidor, tiene 5 años de ser inoperante y ausente de las denuncias, por lo que los ciudadanos están a merced de los abusos.
Ante esta situación, el presidente de la asociación civil Nueva Generación Vinculación Social, Alfredo de la Cruz Cordero, afirmó que desde que la PROFECO fue retirada de Tapachula, hace 5 años, las familias tapachultecas están desprotegidas, puesto que no hay otra instancia de gobierno que atienda los reclamos de las familias que son atacadas económicamente por los comercios.
Dijo que, en años anteriores, personal de PROFECO también desplegaba un operativo especial e instalaba módulos itinerantes para la recepción de quejas en plazas comerciales y en el centro de Tapachula, pero desde hace años, la dependencia ha sido la gran ausente.
Dijo que en ocasiones han tratado de interponer su queja vía telefónica a las oficinas de Profeco ubicada en Tuxtla Gutiérrez, pero no responden, o cuando lo hacen ponen muchas trabas, lo cual es muy tedioso para los consumidores.
Remarcó que fue un error el haber quitado la subdelegación de la Procuraduría Federal del Consumidor en Tapachula, porque era el único medio por el cual, la población de la región Soconusco, podría exponer sus quejas contra las empresas que abusan de los consumidores al aumentar sin precios.
Indicó que el gobierno de la llamada Cuarta Transformación, no tomó en cuenta el daño institucional para las familias de la frontera sur, por lo que queda demostrado el desprecio hacia esta región productiva de Chiapas, ya que, para tramitar una queja, la población tiene que trasladarse más de 400 kilómetros a la capital del estado, porque en la línea de atención simplemente no contestan.
Cabe destacar que el número de oficina que proporciona la PROFECO para hacer las denuncias 961 602 5936, es inoperante, ya que, al insistir en varias ocasiones en horario laboral, no responden o casi siempre suena ocupado.