Balaceras y enfrentamientos entre grupos fuertemente armados eran escenarios muy distantes a esta frontera sur de México; pues, la violencia generada por los grupos delincuenciales en otras regiones del país se veía a través de redes sociales y por televisión.
Sin embargo, la fuerza, violencia y brutalidad de la delincuencia organizada, cada día se normaliza más en los municipios de la región Soconusco de Chiapas, para muestra el más reciente enfrentamiento entre presuntos integrantes de carteles de la droga en el municipio de Tapachula, que generó terror en la población al escuchar las detonaciones de arma de fuego de alto calibre.
Por ello, es urgente que las autoridades federales implementen una estrategia de seguridad, que intervenga la Secretaría de la Defensa Nacional para inhibir la violencia y regresar a la tranquilidad en esta zona fronteriza con Guatemala.
“Hacemos un llamado al general Santos Gerardo Soto, él es el general de brigada del estado mayor en Tapachula para que sea la SEDENA que intervenga y meta orden en Tapachula”.
Luis García Villagrán / Centro de Dignificación Humana A.C.
En 5 meses, tan sólo en Tapachula 6 hechos violentos a balazos entre presuntos grupos del crimen organizado han robado la tranquilidad de las familias.
La violencia de los integrantes de carteles de la droga por la disputa de la plaza para el trasiego de sustancias prohibidas y el tráfico de migrantes, se dado en distintos puntos de la ciudad y a cualquier hora del día quedando entre los disparos toda la población. .
El activista, señaló que las autoridades estatales y federales podrían estar inmersas en estos conflictos entre grupos delincuenciales, que por ahora se asesinan entre ellos; pero si las autoridades no actúan a tiempo y continúan negando lo que pasa de un momento a otro una bala perdida puede acabar con la vida de cualquier ciudadano.
Dijo, existen una evidente permisibilidad de las autoridades, y un enorme dejo de la ciudadanía que prefiere callar antes de exigir seguridad.
El alcoholismo en las calles, el crecimiento sin escrúpulos de bares y cantinas en toda la región, así como el fenómeno migratorio y la disputa por el paso de droga propician toda esta violencia, que hasta el momento es permitida por las autoridades.