Hace mes y medio, el luchador sindical de la CNTE, Artemio López Aguilar, fue asesinado en su domicilio en el municipio de Chicomuselo, apenas 9 días después de participar en una marcha por la paz, en contra de los grupos criminales que han sembrado el miedo en esa región de Chiapas.
La muerte del maestro López Aguilar, no ha alcanzado la justicia y su fallecimiento quedó impune, este caso es una muestra de que ser luchador social se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo, concretó el representante de la sociedad cooperativa 10 de abril, Teodosio Osorio Mendoza.
Mencionó que como el caso del maestro Artemio en Chicomuselo, hay muchos a nivel nacional de personas que alzan la voz por las injusticias del gobierno o contra la presencia de la delincuencia organizada y ha sido asesinados, por lo que no hay garantías en el país, para ejercer la libre expresión.
Argumentó que un luchador social, corre el riesgo de ser aprendidos, torturados o desaparecidos, y estas consecuencias ha sembrado un miedo y zozobra para los líderes sociales que piden mayor justicia para la gente.
Teodosio Osorio, lleva alrededor de 28 años, en la lucha social, donde ha tenido que recurrir al bloqueo de carreteras, a la toma de edificios de gobiernos y a los llamados públicos en ruedas de prensa, principalmente lleva la lucha a favor de mejores condiciones educativas y en contra de dependencias de gobierno como la CFE y la Fiscalía, por lo que no descarta que algún día pueda pasarle algo, pero es el riesgo de cada líder.
Puntualizó que, en México, no hay garantías para quienes llevan la voz de inconformidad del pueblo, porque lo mismo han asesinado a periodistas, a activistas ambientalistas, a maestros, a estudiantes, a campesinos, a quienes denuncian la delincuencia organizada, y desafortunadamente en la mayoría de los casos, queda impune.