La enfermedad de Alzheimer es la forma más prevalente de demencia, representando aproximadamente entre el 60% y el 70% de todos los casos. Es una de las principales causas de discapacidad y dependencia en personas de edad en todo el mundo. Anualmente, se diagnostican 10 millones de nuevos casos de demencia. A pesar de numerosos estudios y avances en tratamientos que pueden ralentizar su progresión, el Alzheimer sigue sin tener cura y continúa siendo un misterio para la comunidad científica, ya que no se comprende completamente la causa subyacente de esta afección neurológica.
Recientemente, un equipo internacional de científicos logró un avance significativo en la investigación de esta enfermedad. Introdujeron 100,000 neuronas humanas en el cerebro de ratones para estudiar en tiempo real los eventos que ocurren durante el desarrollo del Alzheimer. Es relevante destacar que el cerebro de un ratón es del tamaño de un chícharo, pesa medio gramo y contiene alrededor de 70 millones de neuronas. El estudio, publicado en la revista Science, permitió a los científicos observar cómo se producía la muerte de las células neuronales y, lo que es más importante, evitar esta destrucción neuronal mediante un tratamiento oral.
Durante el estudio, al introducir neuronas humanas en los ratones, los investigadores identificaron cómo el gen MEG3 desencadena la muerte programada de las células neuronales, un proceso genéticamente regulado que también se encuentra en el cáncer. Lo que es notable es que los científicos lograron prevenir esta muerte neuronal utilizando dos medicamentos orales: el ponatinib, un fármaco aprobado para la leucemia, y el dabrafenib, utilizado en el tratamiento del melanoma, ambos evitan la muerte de las neuronas en los ratones. Además, el medicamento antiinflamatorio necrosulfonamida tuvo un efecto similar.
En un estudio previo en 2017, colaboraron en la creación del primer ratón con neuronas humanas que reproducía características similares al Alzheimer en el laboratorio del biólogo belga Bart De Strooper en el Centro para la Investigación del Cerebro y sus Enfermedades en Lovaina. Este nuevo estudio avanzó aún más al implantar tanto neuronas humanas como de ratón en los roedores. Las neuronas humanas mostraron rápidamente los rasgos característicos de la enfermedad, como la acumulación de proteínas tau y amiloide, así como la muerte celular, mientras que las neuronas de ratón permanecieron intactas. Estos resultados respaldan la idea de una vulnerabilidad específicamente humana ante el Alzheimer.
Se resaltó que este estudio arroja luz sobre los mecanismos subyacentes a la enfermedad de Alzheimer, identificando un actor clave potencial en la pérdida de neuronas: el gen de ARN llamado MEG3 y el proceso de necroptosis. Estos hallazgos representan un avance importante en la comprensión de los mecanismos básicos de esta compleja enfermedad, que a menudo ha sido mal comprendida en el pasado.