Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que en México hay 2 millones 237 mil personas con una deficiencia visual. Los seis principales problemas oculares que afectan a los mexicanos son: errores de refracción que son miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia, además de catarata senil, degeneración macular, glaucoma, retinopatía diabética y opacidad en la córnea.
Sin embargo, desde el aumento del uso del teléfono celular, computadoras y otros implementos tecnológicos, los problemas oculares han aumentado en los últimos años, en población cada vez más joven, por lo que el principal interés se ha dirigido a tratar a niños y jóvenes en la salud visual.
Walter Orozco, quien es especialista en salud visual, hace la recomendación a las personas a que utilicen los lentes adecuados, especialmente los que tienen un anti reflejantes hidrofóbicos que no permite el paso de la luz ultravioleta a los ojos.
Indicó que es importante que las familias que tienen a jóvenes y menores de edad, hagan conciencia sobre la importancia de la revisión oftalmológica, por lo menos, una vez al año, para tener un diagnóstico y tratamiento temprano, a fin de evitar, en los casos donde sea posible, la pérdida irreversible de la visión.
Puso como ejemplo en lo que ha sucedido en Estados Unidos, donde el tema de la salud visual ha provocado que los legisladores hagan iniciativas a la ley de salud, pues el uso de los aparatos electrónicos, están generando cáncer de retina, así como el desarrollo de enfermedades que se consideraban hereditarias, por ello, consideró indispensable el cuidado de la salud visual.
Asimismo, recomendó a los padres de familia a estar atentos al comportamiento visual de sus hijos, porque cuando son niños, difícilmente les comunican a sus padres que tienen problemas con la vista, ya que piensan que es algo normal, sin embargo, el daño puede tener consecuencias si no se atiende a tiempo.
Puntualizó que, después de los 40 años se recomienda tener una evaluación oftalmológica para checar la presión intraocular y descartar cualquier padecimiento como: glaucoma, cataratas o degeneración macular relacionada con la edad. Asimismo, las personas diabéticas o hipertensas deberán visitar al oftalmólogo ya que tienen mayor riesgo de padecer retinopatía diabética y glaucoma.