En el marco de la clausura de la Expo Inmobiliaria llevada a cabo el 2 y 3 de septiembre en Mérida,
representantes de comunidades mayas denunciaron los impactos destructivos del sector inmobiliario
en las comunidades, la economía campesina, la paz social y el medio ambiente.
Neftalí Quijano Moguel, ejidatario de Ixil que fue brutalmente golpeado el 17 de agosto por la Policía
Estatal, señaló: “El Gobierno del Estado promueve la imagen de Yucatán como un paraíso de paz,
tranquilidad y belleza. Con esa imagen intentan esconder una política racista y violenta de represión y
despojo del pueblo maya. Están atacando nuestra naturaleza y nuestra producción como campesinos,
ponen a las fuerzas públicas al servicio de quienes nos quieren robar la tierra. En Ixil, la Fiscalía General
del Estado y la Policía Estatal nos atacan con una violencia brutal para tomarse nuestras tierras
colectivas, dejando a cientos de familias en la miseria, para enriquecer aún más a Chikri Abimerhi y la
familia Millet. A mí me mandaron al hospital por varios días solamente por intentar alimentar a mis
animales cuando cerraron los accesos a nuestros predios el 17 de agosto, y aún siguen cerrando más
caminos y dejando a más campesinos en la miseria. El Gobierno del Estado, y eventos como la Expo
Inmobiliaria que termina hoy, engañan al público con la imagen falsa que venden del Estado de Yucatán.
La imagen real es violencia racista contra nuestros pueblos, pobreza y despojo para campesinos,
destrucción de la naturaleza y una corrupción impresionante en el gobierno estatal y municipal. Esto
va a generar tensiones sociales cada vez mayores. Los mayas de Yucatán vamos a tener que levantarnos
contra el gobierno si sigue este camino y no pone freno a los despojos, la violencia y la corrupción.”
María Modesta Canul Chuil, de la comunidad de Kinchil, agregó: “Como en Ixil, los ricos quieren robar
a nuestro pueblo casi 5,000 hectáreas, en las que trabajamos la apicultura, la pequeña ganadería, la
pizca de orégano, la pitahaya y los cítricos. Según consta en documentos, Armando Ceballos Chávez y
Rodrigo Vega Espinosa están queriendo tomarse estas tierras colectivas de las que dependemos cientos
de familias, para desarrollos inmobiliarios. No vamos a permitirlo, Kinchil es un pueblo aguerrido, somos herederos de Felipa Poot Tzuc, histórica luchadora maya asesinada en 1936 por los caciques.
Continuamos orgullosamente su lucha contra el despojo y conservaremos nuestro territorio vivo, sano
y maya. Si vienen como en Ixil a intentar tomarse nuestra tierra, la defenderemos como haga falta.”
Desde de la comunidad maya de Chuburná Puerto, una persona que prefiere resguardar su identidad
señaló: “Ciudad Maderas es un auténtico crimen contra nuestra comunidad y contra todo Yucatán, pues
sus impactos serán devastadores para toda la costa al norte de Mérida. El Gobierno del Estado ha dado
todo tipo de facilidades a este megaproyecto, pero todo el mundo sabe perfectamente que es ilegal.
La Ley Agraria es muy clara: prohíbe parcelar las tierras de uso común con selva, y el área de uso común
que Ciudad Maderas ha privatizado de forma ilegal, y que está deforestando de forma ilegal, es selva
con muchísima biodiversidad, con jaguares, otros felinos y muchas otras especies protegidas de
mamíferos, aves, reptiles y plantas. Colinda con el manglar y la laguna de la que dependemos como
comunidad pescadora. Sabemos que la salud del manglar y la laguna depende de la selva. Cuando
terminen de devastarla, vamos a sufrir todos las consecuencias, incluyendo los compradores que se
dejen engañar por la publicidad, que presenta el proyecto como un paraíso natural cuando es justo lo
contrario, un infierno de destrucción. Mucha gente del pueblo rechaza el proyecto pero teme levantar
la voz por miedo a represalias, hay mucho dinero en juego. Nos alegra ver que otros pueblos ya están
haciendo frente a estas mafias con unidad y decisión, esto puede animar al pueblo a defender nuestras
tierras y la naturaleza de la que todos dependemos.”
Mercedes Cocom Noriega, ejidataria de Ixil, agregó: “Hacemos un llamamiento a no comprar lotes en
fraccionamientos en áreas rurales de Yucatán. La mayoría de estos desarrollos inmobiliarios han
obtenido tierras de forma ilegal y no tienen permisos ambientales. Invertir su dinero ahí es comprarse
problemas.”
Peregrina Cutz Tec, artesana de Ixil, agregó: “La destrucción de selva y montes está empeorando aún
más los problemas que causa el cambio climático. Esto es especialmente grave en los municipios de la
costa, como Ixil, donde ya sufrimos inundaciones cada vez peores por culpa de toda esta devastación.
Tumbar selva para construir casas es una locura, estos fraccionamientos van a acabar bajo el agua, y lo
peor es que también están dañando a nuestras comunidades, que no tenemos la culpa. También van a
contaminar más el acuífero, llenarlo todo de más basura, terminar con nuestra riqueza natural. Mejor
súmense a nuestra lucha para defender nuestro territorio, con eso sí sale ganando toda la sociedad.”
Federico de Jesús May Cuitún, productor de chile habanero orgánico de la comunidad de Kinchil,
concluyó: “Nuestra comunidad y muchas otras se suma al llamado de Ixil para hacer una gran marcha
contra el despojo y por la defensa del territorio en Mérida. Inicialmente se había propuesto hacerla el
16 de septiembre, pero hemos decidido cambiar la fecha al sábado 30 de septiembre. Invitamos a más
comunidades mayas a sumarse, también a organizaciones sociales, ambientalistas, de mujeres,
estudiantes y sindicales, a artistas, y a toda la ciudadanía consciente. En breve convocaremos una rueda
de prensa para dar más detalles.”