El 8 de marzo es el día en que con mas fuerza resuena el llamado a la conciencia, respeto y solidaridad. Una lucha que no frenará hasta que todas las mujeres puedan vivir sin miedo, con una vida digna y libre de violencia.
“Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos.
Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos.
Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos”.
Cada 8 de marzo miles de mujeres salen a marchar para alzar la voz por las que ya no están, pedir un alto a la violencia, al machismo y al acoso, que los derechos de las mujeres se hagan valer, luchar hasta que la igualdad se haga costumbre y de esta manera poder crear un presente y un futuro en el que hombres y mujeres puedan ser un equipo y no enemigos.
“Yo no quiero que mi hija viva lo que nosotros vivimos, yo vengo de una comunidad indígena, también quiero representar a todas las mujeres de mi comunidad que no pueden venir a marchar porque ni siquiera tienen el acceso a la educación para venir con nosotras”, confesó una de las manifestantes.
Los cánticos y carteles de cada mujer expresan su historia, su sufrimiento: una reafirmación del por qué están ahí y por qué cada año vuelven con más fuerza.
“Pero sí, digo en cualquier momento puede que no esté caminando con este letrero y que en realidad esté en algún anuncio o esto sea real, ¿no?, a cualquiera”, declaró una de las manifestantes.
Es muy fácil olvidar, pero el dolor de cada madre, hija, abuela, tía, prima y amiga es un recordatorio para que no dejen de luchar. Que las calles continúen llenas de mujeres, pues nunca se habían sentido más seguras en toda su vida.
“Que no tengan miedo a venir a la marcha, creo que todas aquí nos sentimos seguras; yo creo que después de los 365 días yo creo que los 364 nos sentimos abrumadas y pues yo creo que este es el único día donde nos sentimos como en equipo”, proclamó una de las manifestantes.
“Mi vida cambió completamente. Este, antes era yo otra persona, yo no apoyaba estos movimientos, yo decía no, porque yo decía que hacían mucho relajo, pero no, yo al vivir mi primer marcha, yo dije no, es que hay que apoyar. Esto es, hay que ver la otra cara de la moneda. Siempre las critican y no es así, ellos rompen algo y a nosotras nos rompen todo; Una vida”, protesto una de las manifestantes.
El exigir justicia se manifiesta de distintas formas, puede ser evidente y llamativa, o sutil y discreta. Pero sin importar su tamaño o forma el compromiso con la causa feminista nunca se debilitará ni se apagará.
“Que lo sigan haciendo, que no se den por vencidas, que tenemos una meta”, expresó una de las manifestantes.