Maestros que, desde hace muchos años, están comprometidos con la enseñanza de niños y jóvenes, ven un reto importante en la nueva enseñanza tecnológica que se afianzó aún más con la llegada de la pandemia del Covid-19, momento en que se impulsó una instrucción virtual del modelo educativo, donde no estaban preparados para la contingencia sanitaria.
Desde hace 40 años, Gilberto Escobar Pérez, es maestro del nivel básico y medio superior, cuya labor y vocación ha permitido formar a decenas de generaciones de alumnos, muchos de ellos ahora, profesionistas.
Un maestro de sonrisa ligera pero permanente, siempre atento a los pequeños detalles y a los gestos de reconocimiento. Amigable y con un gran don de gente porque su profesión coincide con su vocación, es como el “profe Gil”, se describe.
En 1980, impartió su cátedra frente a grupo por primera vez, en el Instituto Chiapas, lugar donde compartió sus enseñanzas y conocimientos por cuatro años.
Sin embargo, su deseo de contribuir con la educación de los jóvenes de la época, en 1984 ingresó como profesor de la primera generación del Colegio de Bachilleres de Chiapas en Tapachula.
Con la pasión de prepararse para mejorar la calidad educativa partió al estado de Puebla a estudiar la licenciatura en lengua y literatura con especialidad en español, para posteriormente retornar a Tapachula e incorporarse a centros escolares del Estado, centro escolar Gabriel Ramos Millán y Teodomiro Palacios.
Aseguró que la educación ha cambiado mucho, sobre todos con la llegada de las nuevas tecnologías, por lo que es necesario estar en constante preparación y actualización para no quedarse como un analfabeto digital.
El profe Gilberto fue director del centro escolar Teodomiro Palacios y también coordinador regional de educación en el Soconusco y en el 2020 decidió jubilarse como docente del nivel básico, ya que hasta ahora continúa como catedrático en el nivel medio superior
Puntualizó que su mayor logro es formar generaciones de buenos alumnos en los diversos centros escolares donde ha estado, quienes ahora se han convertido en profesionistas, lo que, para él, es su mayor reconocimiento.