Dormir las horas adecuadas es tan importante para nuestro cuerpo como llevar una dieta balanceada o efectuar actividad física, pues entre las funciones del sueño se encuentra mantener en equilibrio los sistemas inmunológico, cardiovascular, metabólico y neurológico.
El 17 de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño, por lo que a manera de hacer conciencia sobre la salud es importante evitar alteraciones del ciclo del sueño como acostarse y levantarse a la misma hora, contar con un dormitorio cómodo, oscuro, tranquilo y que no esté demasiado cálido, ni muy frío.
Ante la falta de sueño el cuerpo activa su sistema de alerta, lo que aumenta la secreción de adrenalina, esto provoca un incremento en la frecuencia cardiaca, sudoraciones, palpitaciones, dolor de cabeza, ansiedad, angustia e irritabilidad.
Una problemática que afecta al mundo desde hace años es el poco tiempo que se destina para dormir, situación que perjudica sobre todo a quienes viven en las grandes ciudades. Además, es importante que la gente comprenda que tener insomnio puede ser remediable y que roncar no es sinónimo de sueño profundo, explicaron especialistas de la Clínica de Trastornos del Sueño (CTS) de la Facultad de Medicina.
Rafael Santana Miranda, responsable de la CTS, comentó que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía vivimos en una sociedad restringida de sueño, lo cual conlleva al desarrollo de otros problemas como las parasomnias y las adicciones.
Dormir mal genera cansancio, síntomas de enfermedad mental, depresión y disminución en la productividad en el trabajo.
Además, cuando no se duerme lo nuestro apetito aumenta y al comer más se corre el riesgo de tener un desequilibrio de la glucosa en sangre o en otros parámetros metabólicos, lo que puede contribuir en el desarrollo de enfermedades como diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, entre otros.