Hoy después de 3 años (2019), cerca de 16 mil peregrinos de la
Arquidiócesis de Morelia, Peregrinos de Pie y Ciclistas, así como Peregrinos
de la Región Lacustre del Lago de Pátzcuaro, han culminado su peregrinación
a esta Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, para rendir honor, y para
ofrendar su amor y devoción a la Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre
del Verdadero Dios por quien se vive.
Creo sinceramente que esta peregrinación es un signo de paz y
esperanza en medio de la situación tan difícil que siguen atravesando nuestros
pueblos, nuestros estados de Michoacán y Guanajuato y todo nuestro País. En
la Eucaristía que he celebrado con ellos, hemos puesto en la presencia de la
Virgen de Guadalupe a los que más sufren, a los descartados, a los que son
víctimas de las violencias y a todos aquellos que experimentan el dolor y el
sufrimiento físico y social.
Ser peregrinos implica “orar” con los pies y experimentar con todos los
sentidos que nuestra vida toda es un único camino hacia Dios (CIC 1674). Al
peregrinar, los hombres buscamos la paz y la fuerza que brotan de los lugares
santos, manifestamos nuestra pertenencia a la Iglesia y nuestro amor y
devoción a la Siempre Virgen, Santa María de Guadalupe.
A la Morenita del Tepeyac le encomendamos todas las acciones que
estamos llevando a cabo en bien de la Construcción de la Paz en la
Arquidiócesis de Morelia: Ponemos en sus manos nuestra oración constante
por la paz, la difusión en los medios los mensajes de paz, el acompañamiento
y atención a las víctimas de las violencias en los Centros de Escucha, la
atención a las mujeres violentadas, la asistencia a las personas que son
víctimas de las catástrofes naturales, así como las mesas de diálogo social que
tenemos con las distintas iglesias que conformamos el Consejo Interreligioso
y con los demás colectivos y asociaciones civiles que tenemos como finalidad
construir las bases para un Michoacán y Guanajuato mejores.
Todos experimentamos la cercanía y el amor maternal de la Santísima
Virgen en nuestras vidas y confiamos en su protección y benevolencia hacia
nuestra amada tierra, en la que ha querido quedarse para mostrarnos su amor,
compasión, auxilio y defensa a todos sus hijos, especialmente a los más
pequeños, que ella siga siendo consuelo, fortaleza, esperanza y luz para todos.
LA ARQUIDIÓCESIS DE MORELIA, COMPROMETIDA EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
La Iglesia proclama «el Evangelio de la Paz» y está abierta a la
colaboración con todas las autoridades para cuidar este bien universal tan
grande. Nosotros como Arquidiócesis de Morelia seguimos manifestando la
disposición que tenemos como Iglesia y como parte de la sociedad civil,
aportar y hacer sugerencias concretas en relación a los modos para dialogar y
colaborar para una sociedad en paz.
Nosotros respondiendo al Plan de la Iglesia Católica para la Construcción
de Paz, donde se nos plantea la realidad en la que se encuentra nuestro país,
la corrupción y la violencia en la que hace años vivimos, estamos haciendo lo
propio que como Iglesia nos toca en redoblar esfuerzos y actuar unidos,
integrando y engarzando todas nuestras fuerzas y recursos.
La Arquidiócesis de Morelia respondiendo a esta realidad y al Objetivo
General de la acción Pastoral de nuestra Iglesia en México de: “Anunciar la
alegría del Evangelio, buscando llegar a las periferias con misericordia y
sentido profético, para contribuir a la construcción de un México más justo,
reconciliado y en paz”, continuamos en el empeño de dialogar y colaborar para
encontrar caminos de reconciliación que lleven a las comunidades a vivir en
paz.
Hoy más que nunca es urgente promover la paz y el diálogo social. La
transformación de nuestros pueblos y ciudades requiere participación
ciudadana, corresponsabilidad y generosidad constante, tanto de autoridades
como de los ciudadanos.
Como Iglesia particular seguimos con el proyecto de acompañamiento a
las víctimas de las violencias y romper con el ciclo de la violencia, contribuir a
la sanación social de las víctimas de las violencias, para que puedan
reintegrarse a su comunidad en las mejores condiciones posibles.
Mantenemos el empeño de facilitar un proceso de perdón y reconciliación
para que las personas puedan superar el dolor, la tristeza, resentimiento o
impotencia que vivieron y logren recuperar la paz y la confianza. También
pretendemos prevenir futuras violencias, pues muchas veces quien ha sido
víctima de la violencia puede convertirse en victimario.
Nuestro caminar pastoral está impregnado de sensibilizar y fortalecer las
capacidades de sacerdotes y agentes de pastoral de la Arquidiócesis de
Morelia en la atención integral a víctimas de las violencias y a comunidades
afectadas; en nuestros Centros de Escucha, mediante la vinculación
interinstitucional y la conformación de equipos levadura, que implementa
herramientas de construcción de paz y de acompañamiento en sus áreas de
influencia, a través de la creación y habilitación, se incide en un proceso
comunitario y sostenible de transformación social.
Nuestra fortaleza ha sido la vinculación y el diálogo, las iniciativas y la
disposición en los acuerdos, la participación de los niños, jóvenes y adultos
para formar artesanos de paz, dispuestos a velar por el bien común.
La Arquidiócesis de Morelia en comunión con El Consejo Michoacano
para la Construcción de la Paz y la Reconciliación, con el Colectivo Michoacano
para la Paz, con el Consejo Interreligioso, con la Red Juntos por Michoacán
(Rectores de universidades), con FUCIDIM y otras asociaciones civiles;
también en comunión con autoridades estatales y municipales, queremos
seguir construyendo un futuro de confianza y seguridad basado en el
compromiso para aprender a dialogar, a resolver los conflictos, a lograr la
mediación y a superar las divisiones y toda forma de violencia, favoreciendo
las leyes y la cultura de la paz, la reconciliación y la comunión entre todos.
Nuevamente refrendamos nuestro a compromiso en construir la paz,
sirviendo a los demás, uniendo nuestras manos, uniendo nuestras fuerzas con
nuestra fe puesta en Dios.